Existe una verdad ineludible: el mundo organizacional está cambiando. Atrás van quedando paradigmas obsoletos de cómo se debía liderar un equipo, de la figura de autoridad y mando que ejercían los líderes y la subordinación de las personas que estaban por debajo de ellos. Era una relación, fundamentalmente, de una sola línea, en la que las personas se limitaban a recibir órdenes y el líder a dictarlas.
En el año 1939, al Psicólogo Kurt Lewin se le atribuyó la marca de los estilos básicos de liderazgo, en los que identificó a los líderes autocráticos o autoritarios, el liderazgo democrático, el liderazgo laissez-faire y el liderazgo transformacional. Veamos algunas características de ellos:
Las nuevas concepciones del liderazgo ponen en el centro a la persona, reconocen la importancia de los líderes que inspiran y sugieren que un óptimo liderazgo se aplica únicamente cuando esa influencia es compartida por todo el equipo y el líder posee un carácter que inspira y motiva.
El capitalismo consciente, filosofía propuesta por John Mackey y Raj Sisodia, propone una nueva visión de los negocios que busca que las empresas replanteen su estrategia en torno a un propósito que vaya más allá de la generación de utilidades, generando valor e integrando a todos los públicos de una organización: clientes, proveedores, empleados y sociedad en general. “En el capitalismo consciente lo más importante debe ser el bienestar de la sociedad y no sólo porque nos hace ganar dinero”.1
Esta visión plantea entre sus postulados 4 pilares fundamentales en los que se deben basar los negocios del siglo XXI. Uno de estos pilares se trata del liderazgo consciente, que trasciende el concepto tradicional para darle paso -en la teoría y en la práctica- a un liderazgo más humanista y cooperativo, centrado en las personas, que busca aportar al desarrollo sostenible de las personas y la sociedad en su conjunto.
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Un buen liderazgo es esencial para brindarle un norte a las organizaciones y vincular a los colaboradores con el propósito y valor de su labor. Además, es importante reconocer que ejercer liderazgo no está ligado a un cargo jerárquico sino a cualquier persona que quiera y tenga la habilidad de guiar, influir en los demás para que ellos desarrollen todo su potencial.
Por lo tanto, acá revisaremos algunas de las prácticas que utilizan líderes destacados alrededor del mundo para motivar a las personas que están a su alrededor y conseguir los mejores resultados:
El liderazgo que demanda este siglo pide cambiar paradigmas y rumbos. Jesus Mari Iturrioz, economista y experto en coaching, describe con elocuencia y ejemplos concretos cuáles son las características que las empresas requieren de los líderes, los empleados y los clientes. El autor ofrece en su libro “El liderazgo en el siglo XXI” una perspectiva visionaria para explicar cómo se construye un liderazgo y un modelo de negocio hacia el futuro.
Hoy ante un mundo tan cambiante en las propias teorías del liderazgo, los modelos que se van acomodando a las realidades y circunstancias postpandemia nos hace reflexionar en tener una visión más amplia de esas habilidades que se proponen y, además, según un reporte realizado por el Foro Económico Mundial en 2018, “Future Of Jobs” destaca algunas habilidades requeridas en el siglo XXI.
Este liderazgo que consigue alinear los objetivos de los trabajadores/as con los de la empresa se conoce como liderazgo consciente. El liderazgo consciente va más allá del alto coeficiente intelectual, de hecho, se combina con la inteligencia emocional. De tal manera que las personas directivas son conscientes del talento y potencial que tienen cada una de las personas de su equipo y por ello las escuchan, ayudan y miran por su bienestar laboral, para que de este modo incrementen su productividad.
“El liderazgo no está asociado al título sino al comportamiento” Robin Sharma, es uno de los mayores expertos mundiales en liderazgo y desempeño referente en el área del liderazgo.
A la hora de analizar cualquier cambio en una figura individual, hay que tener en cuenta el contexto en el que se produce. El panorama empresarial de nuestros tiempos es muy competitivo a todos los niveles, además de que aspectos como la conectividad y la inmediatez son factores que destacan sobre el resto. Esto significa que los líderes de las organizaciones tienen unas exigencias altas.
Por ello, un liderazgo del siglo XXI no solo busca ser transformador y obtener el mayor beneficio económico posible, sino que también debe darle importancia a cuestiones éticas; y es ahí donde la responsabilidad social corporativa tiene cada vez más importancia.
“Los empleados de hoy están rechazando los modelos tradicionales de liderazgo. Los líderes que ejercen control sobre sus equipos no solo alienan a los empleados de hoy, sino que también tienen un impacto negativo en todos los aspectos del negocio, desde la rotación del personal y la productividad hasta el crecimiento de los ingresos”, declara Robert Ordever, MD de cultura laboral de OC Tanner Europe.
Además, a todos estos factores hay que sumarle los nuevos modelos laborales surgidos a partir de la pandemia. Por ello, es vital conocer las claves del liderazgo en el trabajo remoto.
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América Latina y el Caribe no escapan al crecimiento y la participación de la mujer como líder en el mundo. Hasta mayo de 2014 convivieron cuatro presidentas en actividad (Argentina, Chile, Brasil y Costa Rica); y esta tendencia también se observa en el ámbito privado con una creciente presencia femenina en cargos gerenciales.
Betina Rama, consultora especializada y autora del libro “Liderazgo Femenino”, señala que en general las mujeres de América Latina y el Caribe son expertas en manejo de crisis y en adaptarse a los cambios. “Esto es una consecuencia positiva de las situaciones económicas y políticas que hemos vivido. Esta habilidad para manejar procesos de cambio y tolerar incertidumbres y ambigüedades es fundamental para el éxito de cualquier empresa”, explica. En tanto para Amalia Vanoli, directora de la Consultora de Recursos Humanos Tiempo Real, las ejecutivas poseen un mayor desarrollo de la inteligencia emocional; y construyen muy buenos equipos de trabajo en los que motivan sin perder de vista los resultados.
Hoy las organizaciones son más planas e interconectadas ya que los cambios son más rápidos que antes. Por eso, “necesitan las características de colaboración, empatía, sensibilidad y consenso que se asocian más con lo femenino. En general las mujeres tienden a ser más participativas para encontrar las mejores soluciones dentro del equipo de trabajo”, dice Rama.
En los últimos años, los debates acerca de la igualdad de género han tenido un especial protagonismo en todos los ámbitos. Entre otros aspectos, se ha subrayado la baja representación del liderazgo femenino en empresas y puestos de responsabilidad pública.
Los resultados positivos experimentados por aquellas compañías que han logrado detectar y promover el liderazgo femenino desde sus fases más incipientes han inspirado a muchas otras empresas a tomar medidas para alcanzar este logro.
El informe Women in Business, antes mencionado, propone una serie de acciones para diseñar un plan de acción en materia de igualdad de género en los puestos de mando. Estas son las más relevantes:
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*Algunas de las ideas de este artículo fueron consultadas en fuentes externas. Si desea conocerlas puede contactarnos al correo: mmoreno@talenta365.com.
