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En la actualidad, la información digital transforma las organizaciones que no encajan con las demandas del entorno tecnológico, por esto es importante y conveniente que se viva un entorno flexible, colaborativo, humanizado y social, donde prime y se comparta el conocimiento.

La tecnología no cambia lo que hacemos, sino lo que somos

Como profesionales de recursos humanos no podemos desconocer esta realidad que nos desafía a diseñar nuevas estructuras, modelos de gestión y orientaciones para competir en el entorno, empezando por el ejemplo y siendo agentes de cambio en las diferentes áreas de las compañías.

Para poder triunfar en un mundo influenciado por la cuarta revolución industrial debemos entender en primer momento que los colaboradores son parte vital de las empresas y para ello nuestro papel consistirá en ayudar a preparar, flexibilizar, informar y buscar nuevas formas de operar y abordar situaciones, siempre situadas en el modelo de negocio, en nuestro caso: el cliente. Entonces, combinar, adoptar, ajustar, aprender y desaprender son habilidades que hoy debemos practicar y por lo tanto enseñar.

A este importante reto de transformación se suma también el incluir a los líderes de las organizaciones y equipos obteniendo mayor influencia y logrando así tener un gran futuro sostenible, competitivo y capaz de sobrevivir a los cambios exponenciales de manera exitosa. Este paradigma englobaría así al cambio cultural y de digitalización en toda la compañía. A lo anterior debemos añadir la importante tarea de reinventar o imaginar la experiencia de los colaboradores, clientes y equipos a la hora de adoptar los modelos digitales de una forma atractiva para su rol en el negocio.

Es por esto que el profesional de recursos humanos será el embajador del cambio, adoptando un rol activo en su área, asumiendo las competencias de la nueva era, siendo un referente digitalizado y el espejo que da ejemplo en la organización sobre el cambio que necesitamos ver y al que debemos ajustarnos, sólo así se podrá entender y distinguir las competencias digitales de los otros en los diferentes roles en la empresa.

Esta nueva forma de hacer, cambiar y ajustar nuestro trabajo implica las siguientes competencias: autogestión, siendo nosotros los primeros responsables de participar activamente en las decisiones sobre el desarrollo y funcionamiento de las nuevas tecnologías; conocimiento del entorno digital, siendo posible generalizar los instrumentos informáticos mediante el acceso de información a los colaboradores; implementación de medidas y herramientas tecnológicas que permitan agilizar la comunicación digital tanto a colaboradores, clientes y equipos de trabajo.

Esta será una nueva forma de hacer nuestro trabajo y el de la gran mayoría de organizaciones, adoptando nuevos modelos de organizarse internamente para ser más innovadores, competitivos y productivos.

Los cambios sustanciales en la organización del trabajo empiezan también por un cambio de mentalidad, es por esto que podemos aprovechar el cambio, iniciando por ejemplo, con un cambio de espacios, como la oficina, el puesto de trabajo y trasladándose a lo que hoy en día es el teletrabajo o trabajo en casa, estos espacios ayudarán a deshacernos de la monotonía y algunas brechas en la comunicación, este rompimiento de esquema ayuda a entender que el trabajo es móvil, es simple y es colaborativo.

Para poder reconocer la importancia de estos cambios y hacerlos realidad es importante gestionar la transformación desde adentro, comprendiendo hacia dónde nos dirigimos profesionalmente y cómo estos cambios repercuten en la compañía contribuyendo a mejoras en la empleabilidad que a su vez ambas partes se ven beneficiadas.

Te compartimos otros recursos sobre la cuarta revolución industrial y sobre por qué recursos humanos requiere la inteligencia artificial de su lado.

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