La inteligencia artificial impacta el transporte al mejorar la planificación de rutas, el mantenimiento predictivo de vehículos y la gestión del tráfico. Los algoritmos analizan datos en tiempo real para reducir tiempos, costos y emisiones. También optimiza el seguimiento de entregas, la asignación de recursos y la seguridad vial mediante sensores y cámaras inteligentes. Aunque automatiza ciertas tareas, crea nuevos empleos en análisis de datos, ciberseguridad y operación de flotas digitales. Los conductores y coordinadores deben adaptarse aprendiendo a interactuar con sistemas automatizados, garantizando eficiencia y seguridad operativa.
