Un árbitro de fútbol infantil cobra entre 15 y 50 dólares por partido, dependiendo de la categoría, nivel de competencia y ubicación. En torneos oficiales o ligas privadas el pago puede ser mayor, especialmente si incluye viáticos o desplazamientos. Los árbitros certificados por federaciones o asociaciones deportivas suelen tener tarifas más altas. Además del pago por encuentro, algunos reciben bonos por desempeño o asignaciones continuas en temporadas completas. La experiencia, la reputación y el nivel de las competencias influyen directamente en los honorarios de cada encuentro.
