La domótica multiplica trabajos de instalación y mantenimiento en iluminación inteligente, termostatos, cerraduras, cámaras, sensores, riego y asistentes de voz. Los técnicos integran redes Wi-Fi, hubs, protocolos (Zigbee, Z-Wave), cableado, fuentes y seguridad eléctrica. Aumenta el diagnóstico de conectividad, firmware, compatibilidad y ciberseguridad. Se demandan actualizaciones, ampliaciones y migraciones entre ecosistemas. La domótica también reduce consumos energéticos y mejora confort; sin embargo, añade complejidad: requiere documentación, respaldo, etiquetado, pruebas y soporte post-venta. Profesionales con habilidades digitales y trato al cliente ganan ventaja en el hogar conectado.
