El operario de línea de producción realiza tareas repetitivas dentro del proceso productivo, como ensamblar, empacar o etiquetar productos, siguiendo estándares de calidad y tiempos definidos. En cambio, el operario de maquinaria se encarga de manejar, calibrar y mantener equipos industriales, garantizando su correcto funcionamiento. Mientras el primero se enfoca en el flujo continuo de la producción, el segundo requiere conocimientos técnicos sobre operación, seguridad y mantenimiento preventivo. Ambos roles son esenciales: uno asegura la continuidad del proceso, el otro la eficiencia y precisión del uso de la tecnología en planta.
