La estructura de producción de una empresa está compuesta por áreas como planificación, abastecimiento, manufactura, control de calidad, mantenimiento y logística. Cada una cumple funciones específicas que garantizan la eficiencia del proceso. La planificación define objetivos y recursos; la manufactura ejecuta tareas operativas; el control de calidad supervisa estándares y el mantenimiento asegura la continuidad técnica. Estas áreas trabajan coordinadas bajo un sistema de gestión de producción (ERP o MES). Una estructura bien organizada mejora la productividad, reduce costos y permite cumplir plazos, manteniendo la competitividad empresarial en el mercado.
