La función de producción es esencial porque convierte los recursos disponibles en bienes o servicios que generan valor económico. Coordina materiales, mano de obra, equipos y tecnología para alcanzar los objetivos de calidad, costo y tiempo. Su eficiencia impacta la rentabilidad, la competitividad y la satisfacción del cliente. Además, permite controlar desperdicios, mejorar procesos y garantizar la continuidad operativa. En el entorno industrial actual, la producción también contribuye a la sostenibilidad mediante prácticas de ahorro energético, reducción de emisiones y uso responsable de materias primas, optimizando toda la cadena de valor.
