El servicio al cliente es crítico porque influye en satisfacción, retención, valor de vida del cliente (CLV) y recomendación orgánica. Una atención consistente, rápida y empática reduce el churn, incrementa recompra y mejora la reputación digital con reseñas positivas. Además, captura insights para optimizar productos, precios y procesos, y diferencia a la marca en mercados competitivos. Medir NPS, CSAT y CES permite priorizar mejoras y justificar inversión en capacitación, tecnología y automatización. En síntesis, el servicio convierte problemas en lealtad y crea ventaja sostenible basada en experiencia.
